
A las 8 ya estamos preparados para empezar el paseo por la península de Kaikoura. Hace un buen día soleado, después de una subidita, el camino llanea por la montaña con espectaculares vistas del mar y de todas las piedras que parecen dejadas caer en la costa.

Bajamos hasta la costa y nos acercamos a ver a las focas, hay muchas, más de 100, nos acercamos como a 10 metros (hay carteles que pone que es peligroso acercarse más), algunas se asustan, se diferencian perfectamente por el tamaño a los machos y a las hembras, seguimos bordeando la costa, en un descuido casi pisamos una foca!!, están tumbadas tranquilamente en las rocas o en la playa y a veces es difícil verlas; como está subiendo la marea nos toca volver a escalar la montaña y volvemos al solitario parking.

Como no nos da tiempo a hacer el paseo completo, nos vamos al parking del otro lado de la península y andamos el trocito que nos queda; luego un cafecito a la orilla del mar en una cafetería-tienda-galería de arte. Después de una vueltecita por el pueblo vamos a nuestra
cita con las ballenas, te hacen estar media hora antes de que salga el bus y te entretienen o te duermen con un vídeo sobre pájaros (a estas alturas ya habréis comprobado nuestra nula formación biológica Después subes a un bus con una azafata rubia que nos va a acompañar todo el viaje y que no calla ni un minuto seguido hablando un inglés imposible. El barco es pequeño y super moderno, somos unos 40 y pocos, todos cómodamente sentados, el tema consiste en que el barco busca la ballena y cuando la encuentra para y todo el mundo sale corriendo a cubierta para verla, sólo se ve el chorro de agua saliendo, un trocito de lomo del animal y ya cuando se sumerge la cola. Vemos 3 ballenas, la segunda les cuesta mucho de encontrar, paramos, sale el capitán con un cacharro con auriculares como el que llevan los buscadores de metales en las playas, lo mete en el agua y según las señales se mueve el barco....).

La tercera ballena es la más impresionante, es en la que mejor vemos la cola. Por suerte no nos hemos mareado (pero Juan casi casi), nos hemos comprado unas pastillas naturales para evitar el mareo que venden en la misma tienda de la compañia, si quieres pastillas normales debes ir a una farmacia.
Dejamos Kaikoura, pensábamos ir hacía los Nelson Lakes pero a última hora decidimos ir a Havelock a cenar “greenshell mussels”, son las 7 y algo y tenemos miedo a que nos cierren, paramos en un restaurante (de los dos que vemos) que hay en la carretera-calle principal “The Clansman”, somos los únicos clientes, el camarero-dueño nos recomienda un plato mix de mejillones que está delicioso, hay mejillones cocinados de formas irreconocibles, con miel, rebozados, al vapor... el dueño nos cuenta que en verano la zona está a tope y son séis personas trabajando en cada turno, nos da consejos prácticos para nuestros próximos destinos.
Conducimos un poco más hacia el norte, una horita, hasta Okiwi Bay, no encontramos ninguna zona para aparcar la autocaravana así que entramos en el camping que resulta ser pequeño y cutre. Es camping, gasolinera y la única tienda del lugar, sólo hay una autocaravana más.